NOTA DEL BLOG: BIEN QUE SABIAN QUE LA VISA ERA PARA RECIBIR UN PREMIO, LA POLITICA DE RELACIONES EXTERIORES DE DONALDO TRUMP ES DURA
TODOS EN ESTE PAIS SON EMIGRANTES SOLO LOS PIELES ROJAS Y SUS CONGENERES SON LOS VERDADEROS DUEÑOS DE ESTAS TIERRAS
CUANDO LEÌ "LA DOCTRINA MONROE " QUE DECÌA "AMERICA SOLO PARA LOS AMERICANOS" PENSABA QUE ERA PARA TODO LOS POBLADORES DE AMERICA -JUAR ESTABA EN LA PRIMARIA- LA TRADUCCION ES "AMERICA SOLO PARA LOS GRINGOUS"
EU niega visa a indígena tzeltal que ganó premio de la Global Internet Society
FUENTE PROCESO
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A sus 23 años de edad, y sin conocimientos académicos en informática, Mariano Molox, indígena tzeltal nacido en San Martín Abasolo, municipio de Ocosingo, Chiapas, instaló una red inalámbrica para llevar telefonía, servicios de mensajería e internet a su comunidad.
Gracias a esa iniciativa fue seleccionado para ser parte de los “25 menores de 25” de la Organización Global Internet Society (ISOC) y fue invitado a recibir su reconocimiento en Estados Unidos, pero no pudo acudir porque le negaron la visa.
En una carta, el joven quien es maestro de primaria indígena e integrante del colectivo Ikta K´op, cuyo objetivo es extender la iniciativa en su localidad, narró su experiencia que al principio no le importó pero después consideró que se trató de un acto de discriminación.
Narró:
“Recientemente fui nominado para ser parte de los “25 menores de 25” de ISOC por Nicolás Pace de Altermundi (Argentina), un amigo y hermano que conocimos cuando visitó nuestra comunidad. Con él compartimos nuestra pequeña experiencia para llevar Internet a comunidades indígenas donde los operadores tradicionales no llegan, esto con un modelo económico y social que tiene principios de la vida comunitaria de los pueblos indígenas”.
Además, comentó, trabajan en el desarrollo de un servicio de Intranet comunitario sobre su red WiFi, en el que comparten contenidos educativos, video, audio, archivos, Wikipedia y software.
Dicho servicio, explicó, tiene orígenes en un proyecto escolar denominado Intrabach, idea que se le ocurrió al profesor Luis Ramón Alvarado debido a que en su comunidad no había Internet y había que enseñar cómo crear un correo o navegar en páginas.
Todo ello lo hicieron sin tener formación en informática, sino que obtuvieron conocimientos mediante estudio autónomo.
Gracias a esa iniciativa fue que ISOC lo eligió para formar parte de los “25 menores de 25”.
De ello recuerda:
“Muy entusiasmado recibí la noticia de que fui seleccionado para ser parte de esta celebración, me limité a compartir la noticia con mi familia y amigos. Siguiendo el proceso comencé a realizar los trámites para la visa.
“Por su experiencia, recurrí a Redes por la Diversidad, Equidad y Sustentabilidad A.C. (Redes A.C.) para tener una cita, a la cual acudí semanas atrás y realicé todos los pasos correspondientes. Para mi fortuna el día de la entrevista, que duró sólo cinco minutos, fue: ‘disculpe no aplica a la visa, el motivo se le explica en el siguiente papel’”.
Al principio, afirmó que no sintió nada por recibir la noticia, pero después empezó a repasar y recordad algunas cuestiones.
Para empezar, que cuando le notificaron y pidió ayuda para realizar el trámite de la visa, el Consulado de Estados Unidos le cobró 160 dólares que pudo pagar gracias a Redes AC.
“Incluso pensar eso no me dio ningún sentimiento. Lo que sí me molestó (agredió o hizo sentir ofendido, tú decides que palabra poner) e indignó fue que para llegar a esa cita realicé un viaje de 16 horas por camión para llegar a la capital de mi país.
Para ello, añadió, tuvo que viajar un día antes de la cita y el primer día, ya en la ciudad, caminó hasta las oficinas del Consulado donde sólo tardó 10 minutos para la toma de foto y huellas digitales. Posterior a eso tuvo que esperar otro día para realizar la entrevista y después de le notificaron que no aplicaba a la visa, y sin más tomó el camión de regreso a casa.
“La explicación que me daban de no aplicar a la visa fue la siguiente: en primera, no lograron identificar la dirección de mi casa, esto debido a que vivo en una comunidad indígena en la cual las calles no tienen nombres; la segunda: no tengo cuentas bancarias con mucho dinero que demuestren que tengo un estatus económico alto, es decir, ‘el que no tiene dinero no vale’, y el tercero: soy un joven de una comunidad marginada, mi región es considerada como uno de los puntos donde más migrantes viajan a los Estados Unidos de manera ilegal (en donde muchos mueren en el intento).
“Incluso cuando fue la entrevista me preguntaron si hablaba dos lenguas. Con orgullo respondí que sí, que mi lengua materna es el tzeltal, descendiente de la lengua maya y la segunda el español”, relató.
Mauricio refirió en su carta que en un primer momento se sintió ofendido, trastocado, pero después de platicar con amigos y la comunidad decidió escribir su carta para dar muestra de la discriminación de la que son víctimas los indígenas.
“Escribo esta carta y cuento mi historia porque es un ejemplo de la realidad de miles de hermanos indígenas o no indígenas que pasan por lo mismo. Es el reflejo de una sociedad con estereotipos en la cual ser parte de un pueblo indígena es considerado como alguien inferior, en la cual no tener una cuenta bancaria y grandes recursos económicos es el sinónimo de nada.
“El racismo es claramente visible, la sociedad clasificada por el color de piel, lengua, religión y estatus económico para definir un modelo de mundo. Más en estos tiempos que piensan dividirnos entre muros”, fustigó el joven.
Para él, Internet ha sido una herramienta que permite expresar lo que sienten, defender su territorio, comunicarse y relacionarse con el mundo exterior.
“Creemos que con los proyectos que desarrollamos logramos que más comunidades se apropien de la tecnología, y no sólo eso, sino también del conocimiento mismo”, subrayó.
Por ello, luego del trago amargo expresó su deseo de participar de manera online en las pláticas de ISOC para conocer y compartir su experiencia.
“No es posible comparar el sentimiento y experiencia de un encuentro en vivo, pero de algo ayudaría porque considero que, si no participo, es lo mismo que quedarme de brazos cruzados ante un sistema que no reconoce a estos pueblos, su forma de ser, su cosmovisión”, dijo.
También solicitó, pidió que sea considerado que el gasto que iba a generarse en sus traslados (pago de boleto de avión, hotel, comida y otros gastos locales) pueda ser donada al Colectivo Ik’ ta K’op del que es miembro.
El objetivo, detalló, sería utilizar el recurso para obtener un servidor apropiado para el Intrabach, crear nodos repetidores mediante los que puedan apoyar a varias comunidades para realizar enlaces, y muchas familias sean beneficiadas.
Gracias a esa iniciativa fue seleccionado para ser parte de los “25 menores de 25” de la Organización Global Internet Society (ISOC) y fue invitado a recibir su reconocimiento en Estados Unidos, pero no pudo acudir porque le negaron la visa.
En una carta, el joven quien es maestro de primaria indígena e integrante del colectivo Ikta K´op, cuyo objetivo es extender la iniciativa en su localidad, narró su experiencia que al principio no le importó pero después consideró que se trató de un acto de discriminación.
Narró:
“Recientemente fui nominado para ser parte de los “25 menores de 25” de ISOC por Nicolás Pace de Altermundi (Argentina), un amigo y hermano que conocimos cuando visitó nuestra comunidad. Con él compartimos nuestra pequeña experiencia para llevar Internet a comunidades indígenas donde los operadores tradicionales no llegan, esto con un modelo económico y social que tiene principios de la vida comunitaria de los pueblos indígenas”.
Además, comentó, trabajan en el desarrollo de un servicio de Intranet comunitario sobre su red WiFi, en el que comparten contenidos educativos, video, audio, archivos, Wikipedia y software.
Dicho servicio, explicó, tiene orígenes en un proyecto escolar denominado Intrabach, idea que se le ocurrió al profesor Luis Ramón Alvarado debido a que en su comunidad no había Internet y había que enseñar cómo crear un correo o navegar en páginas.
Todo ello lo hicieron sin tener formación en informática, sino que obtuvieron conocimientos mediante estudio autónomo.
Gracias a esa iniciativa fue que ISOC lo eligió para formar parte de los “25 menores de 25”.
De ello recuerda:
“Muy entusiasmado recibí la noticia de que fui seleccionado para ser parte de esta celebración, me limité a compartir la noticia con mi familia y amigos. Siguiendo el proceso comencé a realizar los trámites para la visa.
“Por su experiencia, recurrí a Redes por la Diversidad, Equidad y Sustentabilidad A.C. (Redes A.C.) para tener una cita, a la cual acudí semanas atrás y realicé todos los pasos correspondientes. Para mi fortuna el día de la entrevista, que duró sólo cinco minutos, fue: ‘disculpe no aplica a la visa, el motivo se le explica en el siguiente papel’”.
Al principio, afirmó que no sintió nada por recibir la noticia, pero después empezó a repasar y recordad algunas cuestiones.
Para empezar, que cuando le notificaron y pidió ayuda para realizar el trámite de la visa, el Consulado de Estados Unidos le cobró 160 dólares que pudo pagar gracias a Redes AC.
“Incluso pensar eso no me dio ningún sentimiento. Lo que sí me molestó (agredió o hizo sentir ofendido, tú decides que palabra poner) e indignó fue que para llegar a esa cita realicé un viaje de 16 horas por camión para llegar a la capital de mi país.
Para ello, añadió, tuvo que viajar un día antes de la cita y el primer día, ya en la ciudad, caminó hasta las oficinas del Consulado donde sólo tardó 10 minutos para la toma de foto y huellas digitales. Posterior a eso tuvo que esperar otro día para realizar la entrevista y después de le notificaron que no aplicaba a la visa, y sin más tomó el camión de regreso a casa.
“La explicación que me daban de no aplicar a la visa fue la siguiente: en primera, no lograron identificar la dirección de mi casa, esto debido a que vivo en una comunidad indígena en la cual las calles no tienen nombres; la segunda: no tengo cuentas bancarias con mucho dinero que demuestren que tengo un estatus económico alto, es decir, ‘el que no tiene dinero no vale’, y el tercero: soy un joven de una comunidad marginada, mi región es considerada como uno de los puntos donde más migrantes viajan a los Estados Unidos de manera ilegal (en donde muchos mueren en el intento).
“Incluso cuando fue la entrevista me preguntaron si hablaba dos lenguas. Con orgullo respondí que sí, que mi lengua materna es el tzeltal, descendiente de la lengua maya y la segunda el español”, relató.
Mauricio refirió en su carta que en un primer momento se sintió ofendido, trastocado, pero después de platicar con amigos y la comunidad decidió escribir su carta para dar muestra de la discriminación de la que son víctimas los indígenas.
“Escribo esta carta y cuento mi historia porque es un ejemplo de la realidad de miles de hermanos indígenas o no indígenas que pasan por lo mismo. Es el reflejo de una sociedad con estereotipos en la cual ser parte de un pueblo indígena es considerado como alguien inferior, en la cual no tener una cuenta bancaria y grandes recursos económicos es el sinónimo de nada.
“El racismo es claramente visible, la sociedad clasificada por el color de piel, lengua, religión y estatus económico para definir un modelo de mundo. Más en estos tiempos que piensan dividirnos entre muros”, fustigó el joven.
Para él, Internet ha sido una herramienta que permite expresar lo que sienten, defender su territorio, comunicarse y relacionarse con el mundo exterior.
“Creemos que con los proyectos que desarrollamos logramos que más comunidades se apropien de la tecnología, y no sólo eso, sino también del conocimiento mismo”, subrayó.
Por ello, luego del trago amargo expresó su deseo de participar de manera online en las pláticas de ISOC para conocer y compartir su experiencia.
“No es posible comparar el sentimiento y experiencia de un encuentro en vivo, pero de algo ayudaría porque considero que, si no participo, es lo mismo que quedarme de brazos cruzados ante un sistema que no reconoce a estos pueblos, su forma de ser, su cosmovisión”, dijo.
También solicitó, pidió que sea considerado que el gasto que iba a generarse en sus traslados (pago de boleto de avión, hotel, comida y otros gastos locales) pueda ser donada al Colectivo Ik’ ta K’op del que es miembro.
El objetivo, detalló, sería utilizar el recurso para obtener un servidor apropiado para el Intrabach, crear nodos repetidores mediante los que puedan apoyar a varias comunidades para realizar enlaces, y muchas familias sean beneficiadas.
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