NOTA DEL BLOG: Cunano hicimos la entrada de la entrevista con el CHAPO GUZMAN anotamos que forzozamnte tenia que haber mas pues habrìa sido mucho escandalo para solo una entrevista de 2:51 minutos AQUI esta el link a esa nota
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De acuerdo con Kate, el encuentro con “El Chapo” tuvo como origen el tweet que envió en el 2012, en el que pedía que Joaquín Guzmán “traficara con amor”. Al hablar de él, Kate se expresa con amargura, y recuerda que personas como Carlos Marín, el editor de Milenio, un medio oficioso del régimen, trataron de ridiculizarla y hasta de acusarla de hacer apología del delito.
A partir de este tweet, y su participación en la telenovela “La Reina del Sur”, el narcotraficante intentó acercarse a ella, aunque sin éxito. Finalmente, en el verano del 2014, recibió una llamada de un hombre que dijo ser un productor de películas, quien le indicó que la estaba buscando para un proyecto y que había obtenido su dirección tras buscar contacto con la ANDA, la asociación de actores en México, de la que tanto ella como su padre Eric del Castillo son miembros.
El hombre, quien se comunicó con ella en otras ocasiones, terminó revelándole su nombre, Andrés Granados Flores, que trabajaba para Guzmán y que le invitaba a acudir a México para hablar de un posible proyecto sobre la vida de El Chapo. Kate aceptó.
La actriz relata que, en ese momento, tenía dificultades para insertarse en una serie de proyectos fílmicos en EEUU, y pensó en colaborar con el proyecto desde una perspectiva profesional, motivo por el que el 29 de septiembre del 2014 abordó (“con mucho miedo”, reconoce) un avión privado que la transportó de Miami a una pista “en las cercanías de la Ciudad de México”. Granados se reunió con ella, acompañado de otro abogado de nombre Óscar Manuel Gómez Núñez, quienes le informaron que tenían instrucciones de Guzmán de llevarla a uno de los restaurantes más exclusivos del DF, a lo que ella se negó e insistió en que fueran a comer tacos. Los abogados bromearon con ella, diciendo: “Si el señor se entera de que la llevamos a comer tacos, nos mataría”. Posteriormente aclararon que era un broma y acudieron a un restaurante de carretera, en una mesa alejada de los demás comensales.
Esa tarde, le informaron que Guzmán estaba interesado en realizar “algo” sobre su vida: un documental, una película, un libro, y le comentaron que El Chapo estaba interesado en ella por “extrovertida, por valiente, y porque era su admirador desde ‘La Reina del Sur'”. Le comentaron que trató de buscarla desde su polémico tweet de 2012, pero que le fue imposible.
Tras el encuentro, Kate habló poco del proyecto, a excepción de con el productor argentino Fernando Sulichin, a quien conoció a través del director Oliver Stone. Sulichin mostró interés en el asunto del Chapo y, en vista de ello, Kate le contó sobre los encuentros. Fue entonces que le presentó a José Ibáñez, otra pieza clave. Con el apoyo de los hombres garantizado, Kate le habló a los abogados de Guzmán sobre este acercamiento. A fines del 2014 Joaquín Guzmán le envió una carta manuscrita desde el Altiplano en la que le agradecía el interés en colaborar, le reiteró la cesión de derechos que le había ofrecido y se deshizo en agradecimientos y parabienes. El New Yorker ofrece un par de extractos para cotejo.
El 9 de enero de 2015, El Chapo le envió a Kate una carta notariada cediéndole los derechos sobre su vida, para una coproducción con los dos argentinos. Kate afirma que no supo nada más de Guzmán hasta el 11 de julio del 2015, cuando se enteró de su supuesta fuga. Cuenta que el abogado del Chapo, Granados, le envió un mensaje diciendo “¡Estoy celebrando!”, y ella dijo “¡Yo más!”.
La actriz dijo que el hecho avivó el interés de Sulichin, quien contó sobre el hecho a un amigo suyo, Sean Penn. Sulichin pensó que, si podía atraer a Penn al proyecto, tenían grandes posibilidades de ser considerados por algún estudio grande de Hollywood, dada la fama de Penn, por lo que le confió la relación de Castillo con el capo.
Según la actriz, los tres se reunieron en el hotel Fairmont de Santa Monica, y Penn le solicitó hablar directamente con Guzmán. Kate le dijo que estaba prófugo, y sería difícil, pero podía intentarlo.
El 25 de septiembre del 2015, cuenta Kate, estaba en Guadalajara para asistir al cumpleaños de un amigo, cuando se reunió con Granados y Gómez, quienes le dieron un teléfono Blackberry para que se comunicara directamente con Guzmán.
Es en este punto cuando comienza la serie de mensajes filtrados a la prensa oficialista por una fuente desconocida. Castillo afirma que ella no fue, lo mismo que Penn. El autor del artículo especula que esto solamente puede dejar espacio para indicar que fue alguna fuente dentro del régimen peñista. En los mensajes, además de los ya conocidos intercambios privados de ambos, la actriz pidió permiso para llevar a Penn y los dos productores. A pesar de que no los conocía, y su interés principal era conocer a la actriz, El Chapo no puso objeciones.
De acuerdo con Kate, el 1 de octubre Penn llegó a su casa de Los Angeles, y Kate arregló un vuelo a Guadalajara para la mañana siguiente, por un total de 33 mil 720 dólares con 37 centavos. Según Castillo, Penn hacía muchas preguntas, pero ella no pensó mal, pues creía que era muestra de un genuino interés en el proyecto. Pero Penn no estaba ahí como actor o productor, sino como periodista. De hecho, ya había contactado a Jann Wenner, el fundador de Rolling Stone, y le avisó del viaje con anticipación. Para Rolling Stone era una oportunidad de oro, pues además del poco interés en la música que ha experimentado desde hace años, la revista enfrentaba tres demandas por no investigar bien sus fuentes en algunos artículos. Wenner dio su aprobación a Penn. Castillo afirma que ella en ningún momento estuvo enterada.
La narración de Kate de lo ocurrido después de ese momento es virtualmente idéntica a la de Sean Penn, salvo en un detalle que seguramente será explotado hasta el cansancio por los medios oficialistas del peñismo: Penn dijo que al dirigirse a la guarida del Chapo, un retén militar les cerró el paso, pero que, cuando el hijo de Guzmán, Iván Archivaldo, bajó el vidrio de la puerta, los militares los dejaron pasar e incluso le hicieron una reverencia. Según la actriz, esto nunca ocurrió. Pero Penn ha insistido en que es rigurosamente cierto. Otro detalle es que Penn propuso al Chapo extender la reunión por dos días más, pero Guzmán dijo que era “imposible”.
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Tras la reunión, Castillo, Penn e Ibáñez se reunieron en el hotel Beverly Hills. Ahí grabaron un video en el que Penn pedía al Chapo una entrevista. Posteriormente, por intermedio de Kate, el actor envió un e-mail con 22 preguntas, con la promesa de que, al ser respondidas, comenzarían con el proyecto. A vuelta de correo, un paquete enviado a New York, que contenía un teléfono celular con el ya famoso video de Rolling Stone precargado, llegó. Las preguntas no son tan importantes como el mero hecho de haber entrevistado al Chapo, añade el periodista.
Penn envió borradores de su historia a Kate, quien los envió al Chapo y este dio su aprobación. pero, según Kate, desde ahí el interés de Penn se desvaneció, y se dio cuenta que comenzaba a quedarse sola, y más aún, con el problema de haber contactado al Chapo, un acto que podía traerle consecuencias. Para prevenirse, buscó al connotado abogado Alonso Aguilar Zínser, quien primero prometió ayudarle, si es que habían problemas, pero después se retractó.
Poco después, Kate y Penn se reunieron en el Sunset Tower de Hollywood, y el actor le mostró en su teléfono un borrador de su historia, modificado según los criterios de Rolling Stone, que, de acuerdo con el reportero, hicieron ver a Kate como “ansiosa” por ser cortejada por Guzmán mucho antes de que se hablara de una película. Castillo mantiene que el interés fue primordialmente profesional, y que se sintió tan enfadada de ver esa historia, que no terminó de leerla y se fue del lugar.
Kate abunda que, cuando supo de la supuesta captura de Guzmán, “se sintió morir”. Ese mismo día, la PGR peñista anunció triunfal que “investigaba a unos actores” por haber conducido a la captura del Chapo, y un periodista de Univisión, de nombre Gerardo Reyes, le telefoneó diciendo que uno de esos “actores” era ella, según una fuente de alto nivel del régimen de Peña.
Al día siguiente, dos días antes de lo previsto, Rolling Stone publicó el famoso artículo. De acuerdo con New Yorker, el artículo fue un fracaso en términos de impacto mediático y periodístico, por la percibida mala calidad de las preguntas de Penn, quien se defendió diciendo que su artículo no buscaba dar detalles desconocidos del Chapo, sino “intentar contribuir a una discusión seria sobre la política de la guerra contra las drogas”. Rolling Stone intentó entrevistar a Kate, pero ella se rehusó, y permaneció encerrada por varios días, temerosa de ser confrontada por la prensa, y con serios problemas éticos derivados del hecho de que Sulichin, Ibáñez y Penn ni siquiera la reconocieron como partícipe en la reunión. Y de la película, no hay nada concreto.
La PGR peñista ha establecido lo que Kate llama una “cacería de brujas” contra ella, tanto a nivel jurídico como mediático. Mientras tanto, Penn no está siendo investigado. Kate cree que se debe a que ella posee dos nacionalidades, y Penn es solamente ciudadano norteamericano. Investigar a un ciudadano norteamericano es tabú para las corruptas autoridades mexicanas, e incluso la PGR ha violado la Constitución mexicana lanzando una velada amenaza a Castillo aduciendo que se le investiga por lavado de dinero, a causa del caso de su tequila “Honor”, aunque después no quiso reiterarlo, en la clásica tónica del peñismo.
Castillo niega todos los cargos en su contra, pero permanece en la seguridad de su casa de Los Angeles, pues sabe que, si pone un pie en México, el peñismo no perderá la oportunidad de crear un circo mediático alrededor de ella.
El artículo concluye diciendo que “En México, la saga de El Chapo y Kate ha servido como distracción de problemas mucho más graves: la desaparición de 43 estudiantes en Guerrero, las 80 mil muertes anuales en hechos relacionados con el crimen organizado, y la rampante devaluación del peso”, pero que esto no cambia el hecho de que los cargos contra la actriz son muy serios.
Según ella, condena las actividades criminales de El Chapo, pero no puede evitar justificar su proceder, pues “en México no hay oportunidades”. El Chapo no ha cejado en su empeño: uno de sus abogados dijo a la AP: “Sé que la señorita Kate es la representante del señor Guzmán. Y el lunes, él me dijo que la película sigue”.
SOURCE:THE NEWYORKER March 21, 2016 Issue
The Go-Between
The Mexican actress who dazzled El Chapo.
By Robert Draper
On the evening of January 9, 2012, the Mexican actress Kate del Castillo poured a glass of wine, sat down at her computer, and opened Twitter. She had just returned home, to Los Angeles, after a Caribbean cruise with her sister and her parents.
ENTREVISTA 17:08 MINUTOS******************Tal como se esperaba, la entrevista que Kate del Castillo concedió al medio norteamericano New Yorker ha sido publicada. La entrevista constituye el primer alegato que Kate del Castillo hace después de las acusaciones y filtraciones del régimen peñista hacia ella. El artículo fue anunciado por la propia Kate desde su cuenta de Twitter, acompañado de una fotografía hasta entonces inédita, que muestra a Penn, El Chapo y Kate, el día de su ya mítica reunión.
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De acuerdo con Kate, el encuentro con “El Chapo” tuvo como origen el tweet que envió en el 2012, en el que pedía que Joaquín Guzmán “traficara con amor”. Al hablar de él, Kate se expresa con amargura, y recuerda que personas como Carlos Marín, el editor de Milenio, un medio oficioso del régimen, trataron de ridiculizarla y hasta de acusarla de hacer apología del delito.
A partir de este tweet, y su participación en la telenovela “La Reina del Sur”, el narcotraficante intentó acercarse a ella, aunque sin éxito. Finalmente, en el verano del 2014, recibió una llamada de un hombre que dijo ser un productor de películas, quien le indicó que la estaba buscando para un proyecto y que había obtenido su dirección tras buscar contacto con la ANDA, la asociación de actores en México, de la que tanto ella como su padre Eric del Castillo son miembros.
El hombre, quien se comunicó con ella en otras ocasiones, terminó revelándole su nombre, Andrés Granados Flores, que trabajaba para Guzmán y que le invitaba a acudir a México para hablar de un posible proyecto sobre la vida de El Chapo. Kate aceptó.
La actriz relata que, en ese momento, tenía dificultades para insertarse en una serie de proyectos fílmicos en EEUU, y pensó en colaborar con el proyecto desde una perspectiva profesional, motivo por el que el 29 de septiembre del 2014 abordó (“con mucho miedo”, reconoce) un avión privado que la transportó de Miami a una pista “en las cercanías de la Ciudad de México”. Granados se reunió con ella, acompañado de otro abogado de nombre Óscar Manuel Gómez Núñez, quienes le informaron que tenían instrucciones de Guzmán de llevarla a uno de los restaurantes más exclusivos del DF, a lo que ella se negó e insistió en que fueran a comer tacos. Los abogados bromearon con ella, diciendo: “Si el señor se entera de que la llevamos a comer tacos, nos mataría”. Posteriormente aclararon que era un broma y acudieron a un restaurante de carretera, en una mesa alejada de los demás comensales.
Esa tarde, le informaron que Guzmán estaba interesado en realizar “algo” sobre su vida: un documental, una película, un libro, y le comentaron que El Chapo estaba interesado en ella por “extrovertida, por valiente, y porque era su admirador desde ‘La Reina del Sur'”. Le comentaron que trató de buscarla desde su polémico tweet de 2012, pero que le fue imposible.
Tras el encuentro, Kate habló poco del proyecto, a excepción de con el productor argentino Fernando Sulichin, a quien conoció a través del director Oliver Stone. Sulichin mostró interés en el asunto del Chapo y, en vista de ello, Kate le contó sobre los encuentros. Fue entonces que le presentó a José Ibáñez, otra pieza clave. Con el apoyo de los hombres garantizado, Kate le habló a los abogados de Guzmán sobre este acercamiento. A fines del 2014 Joaquín Guzmán le envió una carta manuscrita desde el Altiplano en la que le agradecía el interés en colaborar, le reiteró la cesión de derechos que le había ofrecido y se deshizo en agradecimientos y parabienes. El New Yorker ofrece un par de extractos para cotejo.
El 9 de enero de 2015, El Chapo le envió a Kate una carta notariada cediéndole los derechos sobre su vida, para una coproducción con los dos argentinos. Kate afirma que no supo nada más de Guzmán hasta el 11 de julio del 2015, cuando se enteró de su supuesta fuga. Cuenta que el abogado del Chapo, Granados, le envió un mensaje diciendo “¡Estoy celebrando!”, y ella dijo “¡Yo más!”.
La actriz dijo que el hecho avivó el interés de Sulichin, quien contó sobre el hecho a un amigo suyo, Sean Penn. Sulichin pensó que, si podía atraer a Penn al proyecto, tenían grandes posibilidades de ser considerados por algún estudio grande de Hollywood, dada la fama de Penn, por lo que le confió la relación de Castillo con el capo.
Según la actriz, los tres se reunieron en el hotel Fairmont de Santa Monica, y Penn le solicitó hablar directamente con Guzmán. Kate le dijo que estaba prófugo, y sería difícil, pero podía intentarlo.
El 25 de septiembre del 2015, cuenta Kate, estaba en Guadalajara para asistir al cumpleaños de un amigo, cuando se reunió con Granados y Gómez, quienes le dieron un teléfono Blackberry para que se comunicara directamente con Guzmán.
Es en este punto cuando comienza la serie de mensajes filtrados a la prensa oficialista por una fuente desconocida. Castillo afirma que ella no fue, lo mismo que Penn. El autor del artículo especula que esto solamente puede dejar espacio para indicar que fue alguna fuente dentro del régimen peñista. En los mensajes, además de los ya conocidos intercambios privados de ambos, la actriz pidió permiso para llevar a Penn y los dos productores. A pesar de que no los conocía, y su interés principal era conocer a la actriz, El Chapo no puso objeciones.
De acuerdo con Kate, el 1 de octubre Penn llegó a su casa de Los Angeles, y Kate arregló un vuelo a Guadalajara para la mañana siguiente, por un total de 33 mil 720 dólares con 37 centavos. Según Castillo, Penn hacía muchas preguntas, pero ella no pensó mal, pues creía que era muestra de un genuino interés en el proyecto. Pero Penn no estaba ahí como actor o productor, sino como periodista. De hecho, ya había contactado a Jann Wenner, el fundador de Rolling Stone, y le avisó del viaje con anticipación. Para Rolling Stone era una oportunidad de oro, pues además del poco interés en la música que ha experimentado desde hace años, la revista enfrentaba tres demandas por no investigar bien sus fuentes en algunos artículos. Wenner dio su aprobación a Penn. Castillo afirma que ella en ningún momento estuvo enterada.
La narración de Kate de lo ocurrido después de ese momento es virtualmente idéntica a la de Sean Penn, salvo en un detalle que seguramente será explotado hasta el cansancio por los medios oficialistas del peñismo: Penn dijo que al dirigirse a la guarida del Chapo, un retén militar les cerró el paso, pero que, cuando el hijo de Guzmán, Iván Archivaldo, bajó el vidrio de la puerta, los militares los dejaron pasar e incluso le hicieron una reverencia. Según la actriz, esto nunca ocurrió. Pero Penn ha insistido en que es rigurosamente cierto. Otro detalle es que Penn propuso al Chapo extender la reunión por dos días más, pero Guzmán dijo que era “imposible”.
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Tras la reunión, Castillo, Penn e Ibáñez se reunieron en el hotel Beverly Hills. Ahí grabaron un video en el que Penn pedía al Chapo una entrevista. Posteriormente, por intermedio de Kate, el actor envió un e-mail con 22 preguntas, con la promesa de que, al ser respondidas, comenzarían con el proyecto. A vuelta de correo, un paquete enviado a New York, que contenía un teléfono celular con el ya famoso video de Rolling Stone precargado, llegó. Las preguntas no son tan importantes como el mero hecho de haber entrevistado al Chapo, añade el periodista.
Penn envió borradores de su historia a Kate, quien los envió al Chapo y este dio su aprobación. pero, según Kate, desde ahí el interés de Penn se desvaneció, y se dio cuenta que comenzaba a quedarse sola, y más aún, con el problema de haber contactado al Chapo, un acto que podía traerle consecuencias. Para prevenirse, buscó al connotado abogado Alonso Aguilar Zínser, quien primero prometió ayudarle, si es que habían problemas, pero después se retractó.
Poco después, Kate y Penn se reunieron en el Sunset Tower de Hollywood, y el actor le mostró en su teléfono un borrador de su historia, modificado según los criterios de Rolling Stone, que, de acuerdo con el reportero, hicieron ver a Kate como “ansiosa” por ser cortejada por Guzmán mucho antes de que se hablara de una película. Castillo mantiene que el interés fue primordialmente profesional, y que se sintió tan enfadada de ver esa historia, que no terminó de leerla y se fue del lugar.
Kate abunda que, cuando supo de la supuesta captura de Guzmán, “se sintió morir”. Ese mismo día, la PGR peñista anunció triunfal que “investigaba a unos actores” por haber conducido a la captura del Chapo, y un periodista de Univisión, de nombre Gerardo Reyes, le telefoneó diciendo que uno de esos “actores” era ella, según una fuente de alto nivel del régimen de Peña.
Al día siguiente, dos días antes de lo previsto, Rolling Stone publicó el famoso artículo. De acuerdo con New Yorker, el artículo fue un fracaso en términos de impacto mediático y periodístico, por la percibida mala calidad de las preguntas de Penn, quien se defendió diciendo que su artículo no buscaba dar detalles desconocidos del Chapo, sino “intentar contribuir a una discusión seria sobre la política de la guerra contra las drogas”. Rolling Stone intentó entrevistar a Kate, pero ella se rehusó, y permaneció encerrada por varios días, temerosa de ser confrontada por la prensa, y con serios problemas éticos derivados del hecho de que Sulichin, Ibáñez y Penn ni siquiera la reconocieron como partícipe en la reunión. Y de la película, no hay nada concreto.
La PGR peñista ha establecido lo que Kate llama una “cacería de brujas” contra ella, tanto a nivel jurídico como mediático. Mientras tanto, Penn no está siendo investigado. Kate cree que se debe a que ella posee dos nacionalidades, y Penn es solamente ciudadano norteamericano. Investigar a un ciudadano norteamericano es tabú para las corruptas autoridades mexicanas, e incluso la PGR ha violado la Constitución mexicana lanzando una velada amenaza a Castillo aduciendo que se le investiga por lavado de dinero, a causa del caso de su tequila “Honor”, aunque después no quiso reiterarlo, en la clásica tónica del peñismo.
Castillo niega todos los cargos en su contra, pero permanece en la seguridad de su casa de Los Angeles, pues sabe que, si pone un pie en México, el peñismo no perderá la oportunidad de crear un circo mediático alrededor de ella.
El artículo concluye diciendo que “En México, la saga de El Chapo y Kate ha servido como distracción de problemas mucho más graves: la desaparición de 43 estudiantes en Guerrero, las 80 mil muertes anuales en hechos relacionados con el crimen organizado, y la rampante devaluación del peso”, pero que esto no cambia el hecho de que los cargos contra la actriz son muy serios.
Según ella, condena las actividades criminales de El Chapo, pero no puede evitar justificar su proceder, pues “en México no hay oportunidades”. El Chapo no ha cejado en su empeño: uno de sus abogados dijo a la AP: “Sé que la señorita Kate es la representante del señor Guzmán. Y el lunes, él me dijo que la película sigue”.